Por qué me cuesta terminar las cosas?

Creéis que es por miedo al cambio? por vagancia? por falta de interés? porque ya no tiene sentido continuar?

Hay mucha gente que cuando empieza algo, luego pierde el interés. O tal vez por el qué dirán los demás? Por no creer en uno mismo?

Cuando empezamos algo hay tres partes: el empezar, el mantener y el terminar.

En el comienzo solemos sentir la necesidad incluso la ilusión para hacerlo. Algo nos mueve a ir hacia delante. Da igual que sean cosas, relaciones, trabajo, estar en otro país... cualquier cosa.

Cuando nos centramos en el final, en el objetivo, no apreciamos el camino. Tenemos que aprender a disfrutar de lo que estamos haciendo, en cada escalón de la escalera. Estamos acostumbrados a competir, a empujar, a tirar hacia delante, sin disfrutar de lo que tenemos.

El apreciar las pequeñas cosas da valor al siguiente escalón, genera un estímulo, una ilusión para subir al siguiente escalón.

Esos pequeños estímulos o movimientos de ilusión nos van llevando a ese objetivo. El objetivo siempre tiene que ser una consecuencia.

Te consideras con fuerzas para empezar un proyecto? Hay gente que es muy buena para empezar un proyecto, pero luego no lo suelen mantener. Cada uno tiene características distintas. Lo importante es que uno sepa cuál es su propia característica.

Hay gente que se le da mejor desarrollar el proyecto. Hay gente que se le da mejor el acabarlo y empezar otro.

En el desarrollo y mantenimiento del proyecto, suele ser gente que le encanta la rutina, que no le importa realizar las mismas cosas. Sin excesivas subidas y bajadas. Busca que haya una estructura en el mantenimiento.

Al finalizar el proyecto, hay personas que les cuesta por miedo al cambio. Hay otras personas que se quedan muy enganchadas al proyecto y no saben si serán capaces de empezar un nuevo proyecto. Otros lo alargan todo lo que pueden, porque en el fondo, o no tienen nuevas ideas, o hay miedos, inseguridades.

El convencerse de lo que no sientes te puede llevar a una desconexión de la realidad de lo que sientes y eso hace que escondas tus verdaderos sentimientos.

Nos puede dar miedo terminar algo y habrá que ver dónde lo sentimos.

Es bueno acostumbrarnos poco a poco a no analizar tanto las cosas en la cabeza y dejar el espacio para que sean nuestros sentimientos los que nos indiquen qué nos dice nuestro cuerpo.

Por lo menos que sepamos qué es lo que nos impide terminar las cosas. Si no sabemos por qué no terminamos las cosas, nada tiene sentido. Tenemos que aprender de los conflictos y darnos cuenta de cuál es nuestra realidad.

Estamos acostumbrados a querer entender lo que nos pasa, en lugar de conectar con lo que sentimos.

Deja el espacio para ver qué sientes en cualquier situación y ve cómo respondes.